Grupos famosos, canciones del top ten, algunas infantiles, etc. están formando parte del llamado "iPod de Guantánamo", y muchos de ellos están clamando y reclamando judicialmente al uso acostumbrado en los EEUU por el uso final que han hecho de sus composiciones. Su utilización como elemento de tortura se basa en la repetición continuada y prolongada más un volumen exageradamente alto. No sé hasta que punto se puede establecer una diferenciación en el uso "normalizado" de tales radio hits, sí en lo cuantitativo, pero no en lo cualitativo... !? A algunos les podría venir ahora maldecir a su vecino, o puede recordar el dolor de cabeza que atribuyó falsamente a la resca; y también hacer una reflexión en lo propio y en lo ajeno de la habitual utilización de reproductores mp3.
Y es aquí donde me pregunto cómo es que otros terrestres se dedican a oir incansablemente, de motu proprio, determinadas canciones y sonidos durante tiempos larguísimos, a los cuales llaman mantras, y los escuchan, cantan u oyen de forma interiorizada, veces y veces y veces y ...

En la tradición occidental están los rezos, con los que los mantras orientales guardan algunas similitudes. Alguien puede recordar la imagen del rosario o las llamadas cuentas, que a fin de llevar contabilizadas las veces que llevan en el canto o interiorización del rezo o mantra. En oriente suelen practicar unas 108 veces cada mantra en la serie que reciten, pudiendo en algunos casos llegar hasta los 21.600 (Sri Swami Sivanada indica tal cifra resultado de multiplicar 200 malas X 108, siendo ésta última el producto de multiplicas las 12 casas solares por los 9 planetas del sistema).

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